Tratados filosóficos, Volumen2

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Perlado, Páez y C.a, 1909
 

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Página 32 - Bellum, quod pugnat utroque, sanguineaque manu crepitantia concutit arma, vivitur ex rapto : non hospes ab hospite tutus, non socer a genero ; fratrum quoque gratia rara est. imminet exitio vir conjugis, illa mariti ; lurida terribiles miscent aconita novercae ; filius ante diem patrios inquirit in annos. victa jacet pietas ; et virgo caede madentes, ultima caelestum, terras Astraea reliquit.
Página 20 - ... exento de muchos vicios, pero de espíritu perverso, que tomaba el rigor por firmeza. En un momento de ira había ordenado que se llevase al suplicio a un soldado que había vuelto de forrajear sin su compañero, acusándole de haber dado muerte al que no podía presentar. El soldado le suplicó que le concediese algún tiempo para buscarlo, y se lo negó. Sacaron pues al condenado fuera del recinto, y ya tendía el cuello, cuando de pronto se presentó el que suponían muerto. El centurión,...
Página 145 - ¿Qué diferencia existe, pues, entre la naturaleza de Dios y la nuestra? Que nuestra parte mejor es el alma, y en Dios nada hay que no sea alma.
Página 407 - La muerte es la libertad, el término de todas nuestras penas; no traspasarán sus umbrales nuestras desgracias; ella es la que nos devuelve á aquella tranquilidad de que gozábamos antes de nacer. Si alguien llora á los muertos, que llore también á los que no han nacido. La muerte no es un bien ni un mal; porque para ser bien ó mal, es...
Página 413 - Nada hay tan engañoso como la vida humana; nada hay tan pérfido; y á fe mía, nadie la aceptara si no se nos diese sin saberlo nosotros. Si pues la felicidad más grande es no nacer, considera como la segunda ser libertado pronto de la vida, para entrar en la plenitud del ser.
Página 12 - ¿Por qué medio reanimó Fabiano las extenuadas fuerzas del Imperio? Supo contemporizar, esperar, tener paciencia, cosas todas que no puede hacer el iracundo. El Imperio perecía, encontrándose ya en la pendiente del abismo, si Fabiano hubiese intentado lo que le aconsejaba la ira. Pero atendió al bien público, y calculando sus recursos, de los que ni uno solo podía arriesgar sin arriesgarlo todo, prescindió de resentimientos y venganzas. Atento solamente á aprovechar las ocasiones, venció...
Página 362 - Dios que todo lo puede o una causa incorpórea, hacedora de obras sublimes; bien sea el espíritu divino esparcido en igual intensidad por todas las cosas grandes y pequeñas, o el hado y la serie inmutable de causas coordenadas entre sí»42.
Página 20 - ... el condenado a Pisón, para devolver al juez la inocencia, puesto que la fortuna se la había devuelto ya al acusado. Inmensa multitud seguía a los dos compañeros que marchaban abrazados con grande regocijo de todo el campamento. Pisón se lanzó furioso a su tribunal y mandó llevar al suplicio a los dos, el que no había matado, y el que no había sido muerto. ¿Hay algo más indigno que esto? Porque uno era inocente, perecieron los dos! Pisón añadió otra víctima! El centurión que trajo...
Página 395 - No se necesita terrible tempestad, una ola basta para destruirlo; al primer choque quedará deshecho. ¿Qué es el hombre? Un cuerpo endeble, débil, desnudo, sin defensa natural, que mendiga el auxilio ajeno, blanco de todos los ultrajes de la Naturaleza; que, a pesar de los esfuerzos de sus brazos, es pasto de la primera fiera, es víctima de cualquier enemigo; formado de materia blanda y fluida, que solamente tiene brillantez en el exterior; indefenso contra el frío, el calor, la fatiga, y en...

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